lunes, 8 de abril de 2013

Valenzuela siempre te tendrá en su corazón

El pasado viernes 4 de abril murió en el Hospital Reina Sofía de Córdoba María Dolores Urbano Arroyo, alcaldesa de Valenzuela entre 2009 y 2013, después de dos años de lucha optimista y casi desapercibida contra el cáncer. Tras el diagnóstico de su enfermedad en 2011, y a pesar de los tratamientos y padecimientos propios de su mal, Dolores siguió trabajando día tras día por su pueblo, y su renuncia de las responsabilidades municipales no se produjo hasta las primeras semanas de 2013, cuando cedió el cargo al actual alcalde.
Dolores, la primera mujer que ha ocupado en nuestro pueblo la alcaldía, deja en la vida pública de Valenzuela un sello imborrable, ése que suelen dejar las personas que se vuelcan en el servicio a sus vecinos con vocación y entusiasmo. Su inquietud política se fraguó en la Transición, durante los años de emigración en Cataluña junto a su marido, y de vuelta al pueblo no dudó en asumir responsabilidades municipales. Primero con el PSOE, como teniente de alcalde, donde revitalizó los servicios sociales de nuestro ayuntamiento, trajo aire fresco a la política local y consiguió, entre otras cosas, que nuestro municipio, siempre con tan malas comunicaciones, contase con una asistencia médica nocturna y un servicio de ambulancia que aún hoy disfrutamos.
Siempre inquieta y con un elevado sentido de la responsabilidad, dimitió de su cargo por desacuerdo con la gestión que se realizaba en el Ayuntamiento, y volvió a la política en las elecciones municipales de 2007, donde reunió bajo las siglas de Izquierda Unida a un heterogéneo grupo de mujeres y jóvenes. Muchos no entendieron, ni siquieran en su propio partido, su decisión de pactar con el PP, creando una polvareda política que se extendió por toda la provincia.Pese a las críticas, Dolores siempre estuvo convencida de que el tiempo devolvería las aguas a su cauce, y que aquella decisión era “buena y positiva” para Valenzuela, pues son los pueblos, por muy pequeños que sean, los que tienen que tomar las riendas de su futuro.
Gracias a aquella decisión, y a su esfuerzo como teniente de alcalde y más tarde como alcaldesa, Dolores colaboró en el saneamiento económico del Ayuntamiento de Valenzuela, revitalizó la vida cultura y deportiva –casi inexistente hasta entonces– de Valenzuela y luchó en unos tiempos muy difíciles por la remodelación o ampliación de las infraestructuras de nuestro pueblo. Por supuesto, Dolores deja cosas pendientes, pero entre lo más importante de su legado está el haber dado paso, en todos los partidos, a una nueva generación de jóvenes preocupados por Valenzuela, conscientes de los errores del pasado y de los retos del futuro.
Los que tuvimos la suerte de conocer y colaborar con Dolores nunca olvidaremos la energía y el entusiasmo con el que sirvió a su pueblo. El 5 de marzo de 2013, en una carta al diario Córdoba, tal vez en previsión de que su enfermedad empeoraba, se llamaba a sí misma “mujer, madre y esposa, alcaldesa de mi pueblo, amiga, ama de casa, ciudadana y enferma de cáncer”, alguien “feliz que atraviesa un momento difícil”, y daba las gracias a los Servicios de Oncología del Hospital Reina Sofía de Córdoba por la oportunidad que le estaban dando en su “aventura de vivir”. Así era Dolores, siempre vitalista, optimista y con un concepto de servicio público que dignifica la política y la hace grande, aunque transcurra en los cauces no siempre fáciles ni gratos de la política municipal. Valenzuela nunca la va a olvidar.

Francisco Susín / Pablo Santiago

1 comentario:

  1. Pues sí, como todos hizo cosas que gustaron más a unos que a otros, pero hasta el último día estuvo al pie del cañón. Y recordar algo importante que no mencionais, su lucha contra el vertedero, que por primera vez unió no sólo al pueblo sino también a pueblos vecinos. DEP

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